El profesor de Matemáticas del Instituto,  José Pereyra, puso palabras a sus sentimientos pascuales y obtuvo el 1er. puesto en el marco del certamen apostoleño  “Felices Pascuas” con su microrrelato intitulado: “De la Estación a Curuzú”.

Todos sus colegas y alumnos estamos muy orgullosos de su trabajo  y su ejemplo, demostrándonos que debemos ser personas íntegras, sobrepasando nuestra disciplina inmediata.

Los invitamos a conocer el relato que llegó al podio:

De la Estación a Curuzú

Cierro los ojos y la memoria me apabulla de imágenes y recuerdos, me inunda de antiguos aromas, me distrae con sonidos de antaño y me traiciona con emociones.

¡Vamos a Curuzú a bendecir la canasta de Pascua! –la voz de la abuela trasciende los tiempos mientras el acompasado trotar de los caballos que tiran el carrito, solo pierden su cadencia al cruzar las vías y atravesar el Chimiray.

La semana había sido intensa. Veo a los vecinos ayudando con el chancho, los chorizos y el chicharrón; a mi madre y las tías preparando ricota, crema y manteca. Los panes creciendo de las manos de la abuela… ¡las paskas…qué bonitas y deliciosas trenzas!… -¿y los nietos?, -decorando los huevos y escondiendo algunos para saborearlos a escondidas.

Mientras el carrito se desdibuja en mis pensamientos, aromas de romerito y albahaca brotan de la vieja canasta adornada con botones de oro e inundan mis recuerdos. Un frío lagrimón siento correr por mis mejillas, abro los ojos, fijo la mirada en la cruz y mientras inicio una oración pienso: -esa Pascua, la de mis padres y abuelos, esa Pascua ¡yo la viví!