Ideario

El Ideario del Instituto Vuelta del Ombú es el fundamento pétreo que sustenta el proyecto del Centro Educativo.

Está dirigido a los alumnos, profesores, padres y el entorno social del Colegio, por lo tanto posee una estructura amplia, abierta, conforme a los intereses de cada sector componente de la comunidad educativa.

En los objetivos generales perseguidos para los alumnos del Instituto se atiende prioritariamente a la formación íntegra del alumno, al desarrollo de hábitos morales, de estudio, de trabajo, de autodominio, el mejoramiento de aptitudes para la convivencia, y la promoción de las capacidades físicas.


 

Los ideales del Instituto Vuelta del Ombú se nutren en las siguientes pautas:

 

 

 

  1. Compromiso con la educación: Partimos de la premisa que la educación cobra valor ético cuando todos los agentes actúan orgánicamente en pro de los principios de la Institución.
  2. Educación con eficiencia: Esta norma se origina en la necesidad imperiosa de una respuesta tangible y eficaz al esfuerzo educador, nutrido de la confianza depositada por los padres al delegar la educación sistemática de sus hijos en esta Institución, y también en el afán de superación personal de los educandos. Por otra parte, en una segunda instancia, y en forma consecuente, la respuesta de la calidad de la educación impartida en el Instituto Vuelta del Ombú debe manifestarse a través de la real capacitación de sus egresados en el mundo de los estudios superiores y del trabajo.
  3. Amor al trabajo: Siendo el trabajo un bien de promoción que dignifica la persona humana, se inculca en los jóvenes la virtud del amor a la acción laboral que deberán desempeñar en su momento. Se lo hace a través de la práctica constante de la responsabilidad en sus tareas cotidianas de estudio, consideradas dignas de respeto por él mismo, sus pares y la comunidad educativa toda.
  4. Práctica de virtudes: Asumiendo que la mejor manera de incorporar los valores positivos en el individuo es mediante la práctica constante de los mismos a partir de modelos cercanos (profesores, pares, directivos, padres), se incentiva en el colegio, un ambiente de convivencia social cuyo eje está centrado en la incorporación de las virtudes que deben regir en una comunidad madura.
  5. Espíritu de apertura: Fortaleciendo la vida interior de los adolescentes del Colegio, se busca paralelamente una predisposición de actitud crítica a los cambios de orden cultural, social, científico, y tecnológico en el Esto permitirá una captación real de la diversidad del presente que vivimos, reflexionando sobre esa coyuntura con vocación de tolerancia, respeto y comprensión. Este espíritu debe reinar también en los demás integrantes de la comunidad educativa con el fin de ser los promotores de aquella actitud.
  6. Crecimiento Intelectual: La promoción de las potencialidades intelectuales constituye, paralelamente a la formación ética y moral de los adolescentes, el principal propósito Institucional de este Colegio. El cumplimiento de éste, se traduce mediante el ofrecimiento de una educación de calidad, donde profesores y directivos, a través de un trabajo orgánico y en equipo, con pleno conocimiento del espíritu de la Institución, tienen la misión de entregarse profesionalmente a esa tarea. Entendemos que el crecimiento intelectual del alumno debe estar aliado a patrones morales, para lograr así que el conocimiento enriquecido por las ciencias esté en armonía con los valores permanentes del hombre. Por otra parte, el equilibrio entre el conocimiento y los valores, permite al educando poseer un espíritu crítico respecto a la dimensión de su apertura al mundo, revalorizando en aquella diversidad lo singular de su cultura regional.
  7. Perfeccionamiento docente: La búsqueda de la calidad educativa de este Instituto exige al docente que se desarrolla profesionalmente en este ámbito, en un primer aspecto, una conducta ética, y en una segunda instancia, y como complemento de aquella, una permanente actitud de perfeccionamiento y actualización.
  8. Práctica de principios democráticos: En el orden de las comunidades humanas, la familia y la escuela, por naturaleza son las primeras instituciones sociales portadoras de principios de vida organizada.